5 errores financieros típicos que podemos evitar fácilmente

5 errores financieros

Por Víctor Martín

¿Qué puedo hacer para ordenar mis finanzas?

¿Cómo puedo hacer para que me rinda más el dinero?

¿Cómo hago para empezar a ahorrar de forma eficiente?

Si te has hecho alguna de estas preguntas, este artículo es par ti.

Soy Víctor y me dedico a ayudar a las personas a organizarse financieramente en base a sus objetivos, con la intención de desarrollar una estrategia para que las personas puedan disfrutar de su vida de forma tranquila. Después de haber asesorado a más de mil personas, me encuentro con los mismos errores y malinterpretaciones que mantienen a las personas confundidas y preocupadas.

Estos son los cinco errores típicos que se repiten habitualmente:

  1. Dejar el ahorro para después.

“No ahorro, ¿para qué?” es una de las frases que más escucho. Es muy común entre la gente, decirse y comprarse a sí mismos excusas como “es pronto para ahorrar”, “aún soy muy joven”, “ya tendré más dinero”, “ahora tengo que disfrutar”, etc. Y, sin embargo, todo esto que suena tan bien, lo único que hace es acrecentar el problema y aplazar sus posibles soluciones, siendo cada vez más complicado resolverlo.

Y lo que realmente hay que entender, es que cuanto antes empecemos más fácil y cómodo será conseguir la tranquilidad financiera. No se olviden, el momento es ahora.

  1. Gastar antes de ahorrar.

A la hora de ahorrar la mayoría utiliza la fórmula que conoce de toda la vida: cobra su sueldo, le resta los gastos y ahorra lo que sobre. Ahorrar a final de mes no funciona. Cuando ahorras lo que sobra después de gastar es fácil que no ahorres casi nada debido a los imprevistos y caprichos que van surgiéndonos a lo largo del mes. Prácticamente el 95% de la gente a la que he ayudado estaban utilizando ese método de ahorro. Por esto, deberíamos anteponer el ahorro (como si fuera un gasto) y de esta forma disfrutar tranquilamente de lo que sobre.

  1. Confiar en “papá” estado.

Cuando hablamos de la jubilación hay que considerar la problemática socioeconómica que existe al día de hoy en España, muchos de mis clientes dudan en si seguir confiando en el sistema público o valorar otras alternativas. Este sistema se diseñó para una sociedad que hoy ya no existe, por lo cual deberíamos reconsiderar nuestras opciones.

En muchas ocasiones, la frase mas repetida entre mis clientes es que el gobierno “algo hará” para resolver este problema. Es por ello que yo les pregunto si están dispuestos a delegar esta responsabilidad en otros, y si no prefieren tener un plan B por si acaso ese “algo harán” no llega nunca.

Si nos fijamos en países como Alemania o Suecia, que ya han solventado este tema, podemos observar que la solución pasa por combinar ambos sistemas; público y privado.

  1. Elegir el producto equivocado.

Es cierto que también suelo encontrarme con personas que ya tienen adquirido el hábito de ahorrar. En estos casos, el error más común es la mala elección de la herramienta de ahorro debido a la falta de conocimiento sobre los distintos productos. Es por ello que en todas mis reuniones dedico un tiempo para explicarles a mis clientes la siguiente idea:

“Para ir a cualquier sitio puedo escoger varios medios de transporte. Todos me llevarán allí, pero la diferencia estará en lo que cada uno me aporta. Si escojo ir andando el esfuerzo será mayor y por el contario, si decido ir en coche mi camino será más fácil y cómodo”

Lo mismo ocurre con las herramientas de ahorro. Si mi objetivo es ahorrar a largo plazo puedo utilizar una cuenta corriente, lo que me supondrá un mayor esfuerzo y tiempo (por su menor rentabilidad). Otra opción sería utilizar un producto diseñado especialmente para ese fin que me permita aprovecharme de las ventajas que me ofrece como puede ser un PIAS, por ejemplo.

  1. Confiar en los bancos.

Para terminar, otro de los errores con los que me encuentro habitualmente es el de personas que tienen productos que no se adaptan a su situación y por tanto no quedan cubiertos sus objetivos y metas personales. Algunos casos concretos pueden ser clientes que han contratado productos estructurados o planes de pensiones sin conocer las características en cuanto a fiscalidad, rentabilidad y liquidez porque confiaron ciegamente en la recomendación del banco. También me encuentro con muchas personas con hipotecas cuyas cláusulas desconocen, error que arrastrarán durante toda la duración del préstamo pudiendo ser de hasta 40 años u otras con productos de los cuales no conocen a que están activos están vinculados, es decir, en qué invierten.

El director de tu oficina bancaria no es un buen consejero porque tiene un conflicto de intereses a la hora de recomendarte dónde poner tus ahorros, ya que tiene una serie de objetivos comerciales que cumplir. Estos objetivos los marcan el banco y casi nunca estarán en línea con lo que es mejor para el cliente.

En todos estos casos, ayudo a las personas a poner en marcha su hábito de ahorro inmediatamente o, cuando ya lo están haciendo, les ayudo a ahorrar más y de forma más eficaz. También les enseño formas para obtener una mejor rentabilidad de sus ahorros y alcanzar sus objetivos a corto, medio y largo plazo.

¿Y AHORA, QUÉ DEBÉS HACER?

Si lo que quieres es cumplir tus objetivos con el dinero y disfrutar de tu vida tranquilamente solicita tu sesión gratuita de planificación financiera. Una vez que completes el formulario con tus datos, te llamaremos en la mayor brevedad posible para coordinar tu sesión por videollamada.